miércoles, 5 de diciembre de 2007

*sabinosa*


*SABINOSA*

En las viejas casas, entre las piedras de las vallas, se pueden observar pequeñas cruces de madera, la mayor parte con fecha e iniciales. Son las llamadas crucitas de difuntos, que se colocaban cuando fallecía alguien; así cuanto más antigua es la casa, mayor número de ellas. El día de la Cruz ( 3 de mayo) es costumbre poner floritas a todas. Se trata de una de las muchas tradiciones que se conservan en Sabinosa. Otra es la de los romances, que han sido a lo largo de la historia isleña una forma de comunicación social. Los más antiguos provienen de la primitiva colonización de El Hierro, allá por comienzos del siglo XV, y suelen ser en muchos casos coplas picardiosas en las que se enfrentan el hombre y la mujer.
Fuertemente arraigadas están las parrandas que salen con motivo de fiestas o acontecimientos sociales y, sobre todo, el día de Todos los Santos que, al igual que en las localidades cercanas, en Sabinosa es fecha de especial alegría. Recorren cantando todas las casas, donde les ofrecen regalos y vino; es cuando se prueban los vinos nuevos. Pero la fiesta principal de Sabinosa, y de toda la isla, es la Bajada de la Virgen de los Reyes, que tiene lugar cada cuatro años; la última vez en 1997. Una romería con danzarines parte a las seis de la mañana de la ermita de la Virgen, cerca de Sabinosa, y recorre toda la geografía insular, mientras los santitos de cada localidad salen a recibir a la patrona, acompañándola en su peregrinar hacia Valverde del Hierro.
Junto a Sabinosa queda el pozo de la Salud, cuyas aguas curan numerosas enfermedades. Existe una especie de balneario que funciona sólo en los meses de verano, en donde se toman las aguas en ayunas, seguidamente hay que sudar lo más posible. Rosa, la dueña, dice que no hace falta más. Sabinosa, pueblo de casas blancas e increíble cielo azul, goza de unos amaneceres suaves y tranquilos. Un campesino con la mochila herreña a la espalda camina lentamente por este valle trazado por la lava volcánica, mientras la niebla y el sol se pelean como todas las mañanas. En los atardeceres hay que ir, dando la vuelta por la punta de la Dehesa, hasta el faro de Orchilla, donde se puede contemplar una impresionante puesta de sol. Es el lugar más alejado de la Península y desde donde, a lo largo de los siglos, algunos juran haber visto surgir entre brumas la misteriosa isla de San Borondón, la octava isla canaria de las leyendas.
*Población : 145 habitantes.
*Accesos : a 41 kilómetros de la capital, Valverde del Hierro.
*Gastronomía : sopa de marisco, pescados, papas y mojo.

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